El emú es la segunda ave más grande del mundo. Presenta 3 dedos en cada una de sus patas y su plumaje es doble, debido a que tanto raquis como hiporaquis son del mismo tamaño. Además, las plumas no presentan los ganchos que unen unas barbas con otras. Lo que le da un aspecto peludo. El color del plumaje es de tonos grisáceos con vivos negros. Miden 1.75 m de alto y el peso es de 50 Kg. (Las hembras pueden pesar 5 kg más que los machos).
El emú es un ave nómada que con excepción de la época reproductiva se desplaza continuamente en busca de agua y alimento. Suelen formar pequeños grupos, pero cuando encuentran comida abundante en una zona llegan a producirse enormes concentraciones de estas aves. Su dieta varia de acuerdo a las estaciones, pues se ha visto que consume más insectos en invierno. En condiciones silvestres no come hojas maduras o hierba seca, aunque estén disponibles. Para ayudar a su molleja a triturar el alimento ingiere piedras (en ocasiones se han encontrado más de 46 kg de piedras en esta estructura) y también a menudo carbón. Su rica y nutritiva dieta la hacen crecer rápidamente, pero las fuentes de las que obtienen su alimento no siempre están disponibles a lo largo del año. Para hacer frente a estas situaciones, el emú presenta dos adaptaciones: una de ellas consiste en que almacena grandes cantidades de grasa, lo que lo capacita para soportar periodos prolongados de inanición, mientras consigue comida de tal forma que un ave que pesaba 45 kg puede continuar moviéndose aún cuando su peso haya descendido hasta 20 Kg. La otra es cuando los emues están forzados a permanecer en un solo lugar durante la época en que el macho está incubando, pues este no come, bebe o defeca. Pues sus funciones disminuyen y la abundancia o carencia de alimento no lo afectan.
La hembra construye el nido que no es mas que una depresión en el suelo tapizada de hojas y hierbas. Los huevos son de un tono verde oscuro muy llamativos que miden algo más de 13 cm y pesan más de 500 g. Una vez que el macho a comenzado a incubar, las hembras se alejan y algunas veces se aparean con otros machos. Sólo unas cuantas permanecen con su pareja y la defienden mientras incuba. Los polluelos al nacer pesan de 440 a 500 g y son de color gris con bandas longitudinales oscuras. El macho se vuelve entonces muy agresivo y aleja incluso a la hembra. Por lo regular, el padre permanece con sus descendientes hasta que cumplen 6 meses de edad. Después de este periodo los jóvenes emúes se vuelven independientes y forman agrupaciones que se disuelven cuando a los dos años son ya sexualmente maduros.
Puede alcanzar hasta 50 km. por hora cuando corre. Sus vocalizaciones son gruñidos y silbidos, pero la hembra emite sonidos parecidos a un trueno.
Antes de que los colonizadores europeos llegaran a estas regiones el emú habitaba también en la isla de Tasmania, King y Canguro, pero fueron cazados para aprovechar su carne extraer su grasa a los huevos. Los aborígenes también los cazaban y como ocurrió con otros animales varias cuevas, rocas y cortezas de árboles se han encontrado imágenes de emúes en ellas. Formaron parte del folcklore de muchos pueblos primitivos, ya que sus movimientos eran imitados en las danzas y otros los consideraban sagrados.
Sin embargo, “El hombre blanco” no le ha profesado el mismo respeto, pues el emú es tan abundante en algunas zonas que se ha convertido en plaga, pues antes de la época de reproducción en los campos de cereales, los invade, pues constituye para él uno de sus alimentos favoritos. Lo mismo ocurre con los abrevaderos para ganado que también son visitados por esta ave.