Las serpientes de cascabel son venenosa. Todas las especies menos una, C. catalinensis, son fácilmente reconocibles por el característico sonido de su cascabel el cual se encuentra en la punta de la cola.
Algunas especies de serpiente de cascabel pueden alcanzar hasta 2,5 metros de largo, y los 4 kg de peso. Su piel con círculos amarillos, está marcada en el centro por colores negros (parecidos a diamantes) hace que este tipo de reptil sea el mejor adornado de todo Norteamérica.
Como su nombre lo dice, el cascabel lo forman unos estuches córneos en el extremo de la cola que en caso de peligro les permiten emitir un sonido de aviso de que es peligrosa y quizá proteja la serpiente de ser pisada por los grandes mamíferos.
Erróneamente se cree que cada año se añade un aro más a este cascabel, lo que permite estimar la edad del animal. Sin embargo, es completamente falso, el crecimiento del cascabel está relacionado directamente con las mudas de piel; es decir que por cada ocasión que la serpiente mude de piel, crecerá un aro más, y debido a que una serpiente puede mudar más de una vez al año, e inclusivo perder el cascabel total o parcialmente este método para determinar la edad no resulta eficiente.
En situaciones de peligro las serpientes de cascabel se suelen enrollar y poner el cuello en forma de "S" para poder atacar más velozmente. Con su cola emiten un sonido de aviso.
El veneno de estos animales es muy fuerte. Destruye los glóbulos rojos de la sangre y hace penetrables los vasos sanguíneos. Así afecta al tejido corporal y a la circulación. Sus mordeduras son tremendamente dolorosas y pueden ser fatales para un humano.